LA HISTORIA INCREÍBLE
DE UNA EMPRESA DE TRADICIÓN

Fundada en 2002, por Cláudio de Castro, la historia de Mirandinha es anterior a un pasado de gran determinación, fe y superación.

Con espíritu emprendedor, antes de fundar Mirandinha, Cláudio era dueño de un taller de auto eléctrico, pero debido a la competencia desleal de los recortes su negocio empezó a perder rentabilidad y los problemas económicos se agravaban. A pesar de varias dificultades, se mantuvo firme en su negocio, ya que era el único sostén de la familia.

Sin embargo, los días malos se convirtieron en meses y la situación se volvió insostenible en el momento en que se encontró sin los recursos para comprar un simple pastel en el mercado para su hijo menor, fue entonces cuando se dio cuenta de que necesitaba cambiar esa situación.

El mismo día, siendo un hombre de gran fe, Cláudio fue a la Catedral da Sé, en São Paulo. La iglesia estaba vacía, solo él y Dios, y en ese momento dijo una oración y le pidió a Dios clamando por una salida de esa situación. Fue entonces cuando, al llegar a su casa a altas horas de la noche, mientras dormía tuvo un sueño, una revelación:

Y cuando se despertó por la mañana tratando de descifrar este sueño, llegó a la siguiente pregunta: “¿Cuál es el símbolo más grande de la iglesia? ¿Cuál es tu gran trabajo? ”. Y la respuesta a esa pregunta vino naturalmente: la Biblia. A partir de ese momento, Cláudio comenzó a producir a mano mini biblias de madera con un imán de nevera, iniciando una nueva etapa en su historia.

Días después acudió al comercio al aire libre más grande de Latinoamérica, el 25 de marzo, para intentar venderlos y con gran determinación y fe inició su nueva andadura. ¡El primer día de rebajas fue todo un éxito! Se vendieron todas las mini Biblias y a partir de ese momento se dio cuenta de que el producto tenía una gran aceptación, por lo que comenzó a ganar clientes en las tiendas de la región, y poco a poco el negocio fue creciendo.

Ha llegado el momento de dar el siguiente paso con la contratación del primer empleado, luego de que él y su esposa María Ivana Miranda hayan pasado 48 horas trabajando sin descanso para entregar los pedidos. Allí nació Mirandinha Miniaturas.

Curiosidad: El nombre Mirandinha Miniaturas surgió en honor al apellido de su esposa.

Con el aumento de la demanda, el proceso de fabricación pasó de la madera al yeso y luego al plástico. La empresa despegó, apareciendo nuevas líneas de productos en miniatura como cartones de leche, botellas de bebidas y accesorios para manualidades, ¡el portafolio solo aumentó y también su éxito!

Una parte importante de la historia de Mirandinha Miniaturas son sus hijos: en 2010, su hijo mayor, Bruno Miranda, abrió una empresa en el sector de las fiestas. El primer producto se hizo para atender a un cliente específico, luego analizó que había mucho por explorar en este segmento, por lo que desarrolló nuevos productos como mini botellas y mini globos plásticos que aún no tenían en el mercado. El éxito fue tan grande que la empresa adquirió una proporción tan grande que Bruno pidió ayuda a su padre para gestionarla. El hijo menor, Thiago Miranda, que se había convertido en portero profesional y jugaba en el extranjero en ese momento, decidió regresar a Brasil y ayudar a su familia en este nuevo empeño. La opción por la unidad familiar fue la mejor opción que se hizo, a partir de entonces la empresa comenzó a crecer cada vez más y de manera sustentable, el éxito apenas comenzaba.

Y en 2012, la compañía ganó dos nuevos defensores: Bruno y Thiago Miranda, y con ellos una nueva línea de productos: Mirandinha Festas, aumentando aún más el portafolio de la compañía.